Luego de años sin referirse a la situación de Chile, quien fuera presidente de la Asociación de Bancos y de la CPC, es crítico y afirma que “el gobierno van de bochorno en bochorno”, que el Parlamento “hoy da lo mismo” y que en el Poder Judicial “deben estar rezando para que no los descubran” . Con todo, dice que votará por “la Matthei”.
Por Lenka Carvallo Giadrosic para La Segunda.
26 Febrero 2025
A sus 83 años muy poco representados, Hernán Somerville aún es el mismo personaje de carácter imponente y voz atronadora. “Me siento mejor que nunca; camino 3 o 4 kilómetros diarios, no fumo, sólo tomo vino, leo todos los días 5 horas (acaba de terminar la última novela de la Premio Nobel Han Kang), no veo televisión más que CNN y FOX; no tengo Netflix ni redes sociales y casi no hago vida social…”, sostiene quien por años fuera presidente de la Asociación de Bancos, presidente de la Confederación de la Producción y el Comercio, director en la Bolsa y figura prominente en el mundo político y más allá.
Instalado en Zapallar, donde intenta pasar la mayor del tiempo, este abogado —quien destacó como negociador de la deuda externa entre 1981 y 1989—, hoy vive un cambio radical en su vida. La repentina muerte de su hija Pamela, en enero de 2023, “fue un golpe brutal”, que lo llevó a él y a su mujer, Cecilia Balbosa, a tomar la tuición de su nieta, hoy de 2 años y siete meses.
—¿Cómo ha sido convertirse en “padre” a sus 83 años?
—Es que no me siento de esa edad, porque soy un tipo curioso, con energía. Cuando murió mi hija le prometí que iba a vivir hasta los 100 años, por la niña, y quiero criarla como lo hice con Pamela, con los mismos valores.
Se le quiebra la voz y le asoman un par de lágrimas.
“Perdón, soy muy poco sentimental pero cuando hablo de mi hija me pongo así, sorry (dice limpiándose los ojos). Como en esta fecha no hay guarderías, nos vamos juntos a Zapallar. Y es interesante porque, tal vez por la herencia inglesa, le encanta mirar el mar; se para frente a la ventana del living, que tiene una vista maravillosa, y se queda ahí; entonces le enseñé que el agua es azul o blue, porque a todos mis hijos y nietos siempre les hablé en inglés, aunque a ella menos; ya sabe todos los colores y me dice bye bye cuando se despide”.
“Chicago, olvídate, te asaltan peor que en La Pintana”
Más allá del ostracismo que se ha autoimpuesto en los últimos años, Somerville se mantiene atento a todo lo que sucede en el continente, en su rol de director de Enel América, cargo que ejerce desde hace años. Ahora tiene los ojos fijos en los movimientos de Donald Trump que, asegura, vino a remecer el mundo. “Con las executive orders está acabando con una serie de tratados y acuerdos. Dice “I don’t take no for an answer”, así que hace lo que se le da la gana. Pero se va a encontrar con China. Dijo que les iba a imponer un 25% de tarifa a Canadá y a México porque supuestamente les mandan inmigrantes y fentanilo. Yo no sabía que Canadá exporta fentanilo ni que sus ciudadanos quieran arrancarse a EE.UU. cuando están mucho mejor; Nueva York está invivible, lleno de gente durmiendo en las calles, y Chicago, olvídate, te asaltan peor que en La Pintana”.
—¿Fanfarronerías de Trump?
—Es que si eres fanfarrón y dejaste de serlo, entonces qué respeto hay pues. A la siguiente amenaza, ¿cuál es su credibilidad? Como dije en una reunión con Enel Italia, hay que esperar un par de meses y este panorama mundial quedará aclarado. Toda esta bravata se va a despejar y vamos a ver si este mundo va a un proteccionismo o al mercantilismo, propio de los imperios coloniales.
«Creo que entre Argentina y Perú nos van a pasar por lejos, esa es la pena que me da, porque Perú está creciendo al 4% con tasas de interés bajísimas, el tipo de cambio está de lo más estable y existe un boom en la construcción».
Somerville no oculta su admiración por Milei quien, está convencido, cambiará a América Latina. “Es histriónico, narcisista, pero todos los argentinos son así. Su gran éxito proviene de que la gente estaba hasta acá de la corrupción y este tipo era la diferencia. Y él llegó diciendo que no había plata, que las medidas tendrían un costo brutal y que el camino sería durísimo, lo cual era cierto. ¿Qué político de América Latina se atrevería a decir algo como eso? Y ahora, después de un año, está con déficit fiscal cero —con un tremendo costo porque no gasta en obras públicas y dejó de pagar una cantidad de cosas— y la economía está creciendo”. Entonces advierte: “Creo que entre Argentina y Perú nos van a pasar por lejos, esa es la pena que me da, porque Perú está creciendo al 4% con tasas de interés bajísimas, el tipo de cambio está de lo más estable y existe un boom en la construcción y de nuevos proyectos. Mientras que en América Latina todos están creciendo en torno al 2%, menos Brasil que está en el 3%, pero con grandes problemas con el tipo de cambio y las tasas de interés”.
—¿Y cómo andamos por acá?
—Chile está realmente estancado; las perspectivas de aquí a 5 años es que vamos a seguir creciendo en torno al 2% y, con una población que aumenta apenas un 1,5%, de los cuales 0,5% son hijos de extranjeros, lo que arroja negativo en términos per cápita. En los años 80 estábamos quebrados y salimos de la deuda externa, donde fui negociador con los bancos más importantes del mundo, y lo menciono con mucho orgullo aunque después me digan que trabajé para la dictadura, pero yo lo hacía para el país y además voté por el No.
Continúa: “Con Aylwin y Frei crecimos al 7%, 8%. Después vino Lagos que para mí es el mejor Presidente que ha tenido Chile. Como titular de la ABIF me autorizó para que hablara con Nicolás Eyzaguirre sobre nuestro proyecto «Banca AFP», que incorporaba a la competencia a todos nuestros socios más el BancoEstado. Lo gané en la Cámara de Diputados, pero en el Senado se opuso la derecha completa más el señor Fernando Flores porque el lobby de las administradoras fue brutal. Imagínate si se hubiera aprobado, no sólo habríamos inyectado más competencia al sistema, con menos comisiones, también contaríamos con una AFP estatal porque el Banco Estado lo habría manejado estupendo, con profesionalismo, tecnicismo y seriedad como en todos sus negocios. Ahora están hablando de generar un AFP pública… Olvídate, eso no va a pasar, aparte que lo harían tan mal como con los hospitales o los colegios. Se perdió una gran oportunidad.
—¿Qué le parece la nueva ley de Pensiones?
—Valoro que después de tanta confrontación, de tanta cosa, se haya logrado un acuerdo, lo cual es excelente para la democracia chilena y el futuro del país, por lo que espero que ese ánimo se traspase hacia el cambio del sistema político que es un horror. Ahora, en cuanto a la reforma, me parece muy bueno que haya mantenido el sistema privado de capitalización y que esto quede en manos de profesionales, porque las AFP en materia de inversiones han sido espectaculares. Pero me preocupa que no se tratara el tema de la jubilación, que es fundamental, porque acá en Chile la tasa de reproducción es bajísima y la población vive mucho más, entonces hay que hacer algo sensato, inteligente. También me preocupan las pymes, porque los empleadores por primera vez tendrán que aportar a las cotizaciones, a pesar de que se están enfrentando a altas tasas de interés y sus ventas han bajado, entonces puede que el señor de la pyme no haga más reajustes de sueldo o empiece a despedir; luego esos trabajadores se irán a la informalidad, que ahora es de un 30% y todavía no he visto ningún proyecto que aborde ese problema.
—¿Cómo evalúa el trabajo de Mario Marcel?
—Lo conocí porque en su momento me citó como presidente de los bancos a la Comisión Marcel y es un ministro como los que se necesitan para esta tarea: un sólido experto macroeconómico pero también con mucho ojo político, porque todas las decisiones macro tienen que ir al Congreso y allí hay que tener manija. Pero está en una misión imposible porque tiene que convencer al Presidente de la República, a quien no quiero ni ponerle nota, pero cuida a Marcel porque sabe que si él se va, le queda la cagada en inglés…
«A pesar de su sensatez, inteligencia y credibilidad, (Tohá) arrastra a un Gobierno con una muy mala administración».

“En el Poder Judicial deben estar aterrados”
Toma un poco de café.
“El problema de este Gobierno es que vino con un discurso de la calle pero de un día para otro entraron a la administración pública con un salario de 7 millones de pesos, chofer, celular, protección, poder y ninguna experiencia previa, ¡ninguna! Y van de bochorno tras bochorno… Esto de la casa de Allende es increíble; los documentos deben haber pasado por 500 abogados y nadie vio el problema porque no tienen ninguna experiencia o son muy soberbios o muy ideologizados. Entonces han tenido que traer a los viejos de la Concertación y a la Tohá, que ha hecho un muy buen trabajo dadas estas condiciones. Aunque yo voto por Matthei, claramente”.
—¿Siendo usted un concertacionista?
—O sea, en una situación en que ella estuviera frente a un candidato que no me gusta, voto por ella. Pero éste no es el caso.
—¿Por qué Matthei es mejor que Tohá?
—Porque a pesar de su sensatez, inteligencia y credibilidad, (Tohá) arrastra a un Gobierno con una muy mala administración en salud, con miles de personas en listas de espera y una educación donde los profesores ni siquiera hablan bien castellano. Hay fallas en el aparato de inteligencia que vienen de antes, que ni Bachelet ni Piñera arreglaron porque no había llegado el Tren de Aragua, y los fiscales están abrumados de pega. Son pasivos chilenos que ni Mandrake puede arreglar. Entonces va a pasar lo mismo que en Argentina: enough con estos gallos y la gente va a preferir un cambio de giro. Y yo conozco a la Matthei, que representa en forma pura aquello en lo que creo: una economía liberal, con democracia liberal.
—Como abogado, ¿qué opina del caso Hermosilla o los escándalos en la justicia?
—La credibilidad institucional de este país está en el suelo. El Parlamento da lo mismo. El Poder Ejecutivo va de bochorno tras bochorno. Y lo del Poder Judicial es inédito. Soy abogado, nunca he practicado, pero he tenido toda la vida un respeto brutal a nuestro sistema de justicia. Y para mí esto de la Corte Suprema… En dictadura recibían órdenes desde La Moneda para fallar de tal o cual forma, pero ahora no se entiende que estemos en democracia y se siga haciendo lo mismo. Sobre lo de Hermosilla, qué puedo opinar… Que haya dos ministros de la Suprema removidos, y ahora una ministra de la Corte de Apelaciones suspendida, ¡es un escándalo!. Y va a seguir. En el Poder Judicial deben estar aterrados, persignándose y rezándole a la Virgen para que no los pillen. Lo que me molesta es que después de estos escándalos, viene otro problema que supera al anterior y así. Porque de Hermosilla ya nadie habla porque luego vino lo de Monsalve y ahora de él tampoco nadie habla porque está la casa de Allende… Entonces ya ni leo los diarios porque empiezo a indignarme desde muy temprano.
—Uno de sus hijos se vio afectado con el caso de STF Capital, de los hermanos Sauer y Topelberg, donde él era socio con el 10%. Cuando la CMF canceló el registro de la firma y se les vino encima la multa, él asumió la presidencia del directorio para dejar todo saneado con los clientes, cerrar el negocio, asumiendo el costo reputacional.
—Sebastián siempre fue un hombre muy bueno, de hecho yo en un momento lo tuve que endurecer ante la vida porque a veces era muy inocente y confió mucho en estos señores. Cuando entró en el directorio, le dije: “Sebastián, uno no puede asumir esta tremenda responsabilidad a la distancia” —porque vive en Key Biscayne— y menos en una corredora donde además están de supervisores la CMF y la Bolsa de Comercio —y yo fui director de la Bolsa y fui muy jodido, así que sé—. Él era un director ausente, de hecho perdió su parte de la empresa, perdió plata y después de todo el escándalo no sé por qué razón quiso asumir como presidente y terminó pagando de su bolsillo hasta los sueldos de los trabajadores. Nunca lo llamaron de la CMF ni de la Fiscalía, aunque al final quedó la sensación de que fue un ingenuo.