«La política es con llorar», reconoce el parlamentario por Valparaíso, amigo del Presidente Boric. Defiende al Gobierno de las críticas aunque señala que no hay tiempo para más errores. «Gabriel sigue desbordante de energía, estudiando mucho… Lo mejor es que sigue escuchando Los Miserables en vinilo, lo que demuestra que sigue con los principios intactos y muy aterrizado”.
Por Lenka Carvallo
“Mi papá era marino. Crecí mirando los aviones en la base aeronaval de Torquemada. Mi sueño era ser piloto…”, cuenta el diputado de Convergencia Social, Diego Ibáñez Cotroneo (33), aunque al poco tiempo su familia se radicó en Quilpué, en el sector de El Belloto.
“Conozco el mundo de los uniformados y hay caricaturas que no son ciertas. Nuestro mayor privilegio como gente normal de clase media era estar en Capredena; gracias a eso mi vieja pudo tratar su cáncer… Yo estudiaba Derecho, debo haber tenido unos 23 años cuando ella se enfermó. Fue un remezón fuerte. Un antes y un después para nosotros. De hecho, luego de eso mis papás se separaron y mi mamá cambió totalmente su vida. Ahora tiene 62 años y vive en Hamburgo. Se liberó y ahora es una mujer muy enérgica y rebelde. Mucho de mi camino político se lo debo a ella; escuchábamos juntos a Silvio Rodríguez y cuando empezó a aprender alemán me leía sobre el Holocausto. Eso me marcó”.
A los 15 años Diego Ibáñez partió su militancia en el Frente de Estudiantes Libertarios. Ahí conoció a la hoy ministra de la Mujer Antonia Orellana y a Luna Follegati, principal asesora del gobierno en cuanto a feminismo.
“En ese tiempo pintaba murales y participaba de tocatas punk en Valparaíso. Después, con la revolución pingüina del 2006, pasé de la contracultura a la disputa política a través de los movimientos sociales. Me acuerdo que nos tomamos el colegio y me tocó ser vocero de los estudiantes de mi comuna, en Quilpué. Nunca más volví a ser el mismo”, asegura.
En 2010 Ibáñez fue elegido vicepresidente de la Federación de Estudiantes de la PUC de Valparaíso, donde estudió Derecho. Un año después conoció a Gabriel Boric en las asambleas estudiantiles del 2011, en plenas revueltas por el fin del lucro en la educación superior, cuando el actual presidente lideraba la FECH. “Nos hicimos amigos mucho después, cuando me eligieron diputado en el 2018. Él iniciaba su segundo período y me llamó para felicitarme. Me invitó a Punta Arenas… Obvio que le dije que no porque era muy lejos y no me gusta el frío (ríe)”. Añade: “Nos hicimos más amigos en el Congreso; discutíamos de todo. Los lunes a las 8 am teníamos reunión en la sede del Movimiento Autonomista para discutir sobre la coyuntura. Yo era más utópico y él, con 4 años más de ejercicio en el cuerpo, deshacía mi mochila de sueños. Yo pensaba que en el Congreso cambiaría al mundo y él me llevaba a la realidad”.
Ríe y agrega: “Una vez me escribió un poema; unas décimas… De haber sabido que sería presidente de Chile lo habría guardado para venderlo en 30 años más”, dice riendo.
“Corta con decirle Gabriel, es Presidente Boric, a ver, repite: Presidente Gabriel Boric”. Así le dijo el diputado (CS) Gonzalo Winter en el podcast “Ya no so (mo)s igual”, donde ambos hablan de política y temas varios. Con el parlamentario por la Región Metropolitana son amigos.
“Iba camino a Valparaíso y de repente se me ocurrió: ¿y si hacemos un podcast? Cuando llegué al Congreso le dije a Gonzalo y prendió con agua. Es nuestra hora de disfrute, de salud mental. La idea es entregar contenido político a los jóvenes de forma rápida, horizontal y entretenida. Es el desafío de todas las fuerzas de izquierda actualizarse en torno a las nuevas maneras de comunicar”.
Hoy los nombres de ambos diputados CS suenan como posibles cartas para las elecciones internas del partido que fundaron en el 2018 y que inscribieron en el 2020 ante el Servel. “Hoy tenemos dos diputados, una alcaldesa y una decena de concejales”, señala. “Partir desde la fundación de este movimiento y que en tan poco tiempo se haya transformado en lo que es hoy, ha sido un salto enorme. Más encima, ahora somos el partido del Presidente… Es como una guagua de 3 años que de pronto se hace cargo de la casa, ¿cachai? Igual es difícil”.
—Por lo que se sabe, no fue una decisión fácil para sus militantes optar por Gabriel Boric como candidato a La Moneda luego de que firmara el Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución.
—Sipo; la elección de Gabriel fue con mucho debate y él se sometió al escrutinio colectivo de las bases y las asambleas regionales. Más que contra él, las aprensiones eran porque somos un partido muy joven, que habita en los movimientos sociales y algunos decían que no era el momento… Yo encontraba que no existía el instante perfecto; había que jugársela y correr el riesgo.
—Tampoco Gabriel Boric estaba muy convencido, al parecer…
—Sí, él no pensaba que (ser Presidente) fuese posible… Igual que todo Chile nomás. Pero en el transcurso del proceso nos sorprendió a todos; fue extremadamente disciplinado en su formación y se puso por arriba de todas las pequeñeces de la izquierda. Me da la impresión de que fue como un agujero negro; absorbió todo lo malo y terminó dando a luz a una estrella (ríe).
Y reconoce:
—Todo ese proceso creó una lealtad. Porque la lealtad no se regala sino que se construye con experiencias comunes como las que tuvimos quienes hoy estamos en este proyecto. Daremos la vida para que salga todo bien.
—Los dos primeros meses han sido difíciles para el Gobierno. Por lo que sé, los amigos del Presidente se han organizado para estar con él y protegerlo emocionalmente.
—La política es con llorar; ante todo se trata de relaciones que hay que cultivar y el Presidente no está exento al necesario cariño que necesita todo ser humano. Los que somos cercanos a Gabriel reconocemos eso y nos esforzamos por hacerle la vida más fácil -no desde el punto de vista político, porque tenemos muchos debates y no está ahí el problema- sino desde la administración de sus emociones, porque la ansiedad es una crisis muy usual en los políticos. También lo es la despersonalización o las pulsiones narcisistas que van deteriorando los vínculos. Esa es una cuestión que desde CS reconocemos y el movimiento feminista nos ha ayudado mucho a entendernos, sobre todo a los que fuimos educados en una cultura patriarcal. Eso es algo que Gabriel conoce muy bien y quienes somos sus cercanos intentamos hacerle la vida cotidiana mucho más feliz.
Admite:
—Con Gabriel whatsappeamos seguido. Hace poco tuve la oportunidad de estar con él y sigue desbordante de energía, está estudiando mucho… Lo mejor es que sigue escuchando a Los Miserables en vinilo, lo que es muy bueno por- que demuestra que sigue muy enérgico, con los principios intactos y muy aterrizado.
—Por los pasillos de La Moneda suele rondar un fantasma, la soledad del poder. Acechó de cerca a Bachelet y a Piñera… ¿Te preocupa?
—Me rebelo ante eso. Cuando el poder se vive en soledad no contribuye a mejorar la conducción política ni la vida de tus compañeros y compañeras. Es una cuestión natural que en el ejercicio te vayas abstrayendo, pero cuando cuentas lo que te pasa y se construyen confianzas para ir resolviendo las crisis de manera colectiva, el trabajo no sólo resulta mejor sino que también eres más feliz y te transformas en una mejor persona que cuando llegaste.
—Por soledad del poder también se entiende cuando tus huestes te dan la espalda cuando las cosas no andan bien…
—Por eso es muy importante que desde el Frente Amplio y de Apruebo Dignidad tengamos muy claro que jamás dejaremos solo a nuestro Presidente. Que estamos en las buenas y en las malas con él y seremos los primeros en dar la cara en los momentos difíciles.
—En estos dos meses se han cometido varios errores mientras que la aprobación del gobierno ha caído abruptamente…
—El Estado es un aparato gigantesco. Humanamente es imposible instalarse tan rápido y con fuerzas políticas que no lo habían administrado previamente. Pero esa fase ya se terminó. Y aunque tampoco somos responsables de la crisis que enfrentamos, es nuestra tarea resolverla.
—¿Entonces tu autocrítica sería?
—Hemos cometido errores no forzados, algo propio de quien se hace cargo de algo que va conociendo. Hace poco nos juntamos con (Álvaro) García Linera (el cientista político y ex vicepresidente de Bolivia). Nos comentaba que las lunas de miel en general no duran más de 6 meses.
—Bien optimista. La misma Camila Vallejo dijo que partió siendo una luna de hiel…¿En serio le creíste?
—De hecho levanté la mano y le dije: tío Linera, se está pasando un poquito porque para nosotros esa fase ya pasó.
E insiste:
—El Estado que heredamos es clientelar, subsidiario, está endeudado, lo cual es propio de la flojera neoliberal. Revertirlo no es algo automático… La otra vez saqué el cálculo y estamos recién en el minuto 4 del partido y queda todavía todo el primer y segundo tiempo por jugar; estamos recién entrando en calor, con la camiseta bien puesta, además.
—Gabriel Boric era todavía una suerte de rockstar cuando asumió. ¿Te sorprendió esta caída en tiempo récord?
—Estamos en un ciclo muy oscilante; las alzas y bajas son efímeras, lo importante es cuánto avanzamos en 4 años; cuánto mejora material y espiritualmente la vida de los chilenos al término de este ciclo. Sería un error caer en la dictadura de lo inmediato. Además, encuentro que han habido críticas desmesuradas considerando que éste ha sido lejos el escenario más complejo en décadas y donde la expectativa es la resolución de dolo- res sociales históricos.
“Me gusta el estilo de Giorgio”, dice ahora al evaluar a los miembros del gabinete más expuestos a las críticas. “Es mateo, detallista…”.
—Muchos parlamentarios afirman que Jackson no caía muy bien en sus tiempos como diputado; no hablaba mucho con los miembros de la oposición y tampoco cultivaba las relaciones interpersonales. Eso le estaría pasando la cuenta.
—Las formas de trabajar cambian cuando tienes una responsabilidad. Hay que ir construyendo esa personalidad. Igual he visto a Giorgio todos estos días en el Congreso, almorzando con las bancadas. Además (tramitar los proyectos del gobierno) no es algo que le corresponde sólo a él. Los parlamentarios de la coalición también tenemos la obligación de fortalecer los canales de diálogo. Ahora estamos haciendo el esfuerzo de con- versar con el Partido de la Gente y la Democracia Cristiana. Numéricamente necesitamos esos votos. Hay que aceitar el trabajo en equipo.
—Otra figura muy criticada ha sido la ministra del Interior, Izkia Siches.
—Ella ha sido demasiado valiente. Quiere hacer las cosas de manera distinta a los últimos 30 años y por lo tanto es natural que cometa errores… Aunque, como dijo el Presidente, la instalación se acabó y ya no tiene más margen. Ahora la ministra fortaleció su equipo y sigue contando con nuestro absoluto cariño, apoyo y lealtad.
—Algunos analistas se preguntan si era Izkia Siches la persona adecuada para el cargo…
—Creo que es muy pronto para enjuiciarla. La última vez que conversé con ella, en el comité político de los lunes, la vi muy empoderada. Me vas a decir que soy un fan acérrimo de este gobierno —cosa que soy— pero la crítica ha sido dura, apresurada e injusta.
—De no rectificar, algunos especulan con un pronto cambio de gabinete y que el sucesor tiene nombre: Carlos Montes (PS).
—No he escuchado esos cahuines todavía; no han llegado a mis oídos. Pero me doy por notificado.